La actividad física es un pilar fundamental de la salud. No descuidemos este aspecto.
A veces pensamos en el ejercicio como una obligación para bajar de peso o vernos bien. Sin embargo, los beneficios de la actividad física van mucho más allá de lo estético. Son una inversión directa en nuestra salud integral.
¿Sabías que mover el cuerpo de forma regular fortalece nuestro corazón y nuestros pulmones, ayudando a prevenir enfermedades cardiovasculares y respiratorias? Además, nos ayuda a mantener un peso saludable, controlar los niveles de azúcar en sangre y fortalecer nuestros huesos y músculos, previniendo caídas y lesiones.
Pero eso no es todo. La actividad física también tiene un impacto enorme en nuestra salud mental. El ejercicio libera endorfinas, sustancias químicas que ayudan a reducir el estrés, la ansiedad y a mejorar nuestro estado de ánimo y la calidad del sueño.
Entonces, si los beneficios son tantos, ¿por qué a veces nos cuesta tanto empezar? Muchas veces la clave está en derribar algunas barreras mentales y empezar de a poquito. Te dejamos algunos consejos para que te animes a dar el primer paso:
- Encontrá algo que te guste: bailar, andar en bici, nadar, hacer yoga, jardinería activa, ¡lo que sea que te divierta! Cuando disfrutás de la actividad, es mucho más fácil mantenerla en el tiempo.
- Empezá de a poco: no te exijas demasiado al principio. Empezá moviéndote 15 o 20 minutos al día. Podés ir aumentando gradualmente la intensidad y la duración a medida que te sientas más cómodo.
- Fijate objetivos realistas: empezá con caminatas cortas y andá progresando de a poco. Celebrar los pequeños logros te va a motivar a seguir adelante.
- Incorpora la actividad a tu rutina: buscá momentos del día en los que puedas agregar alguna actividad, como ir caminando o en bici al trabajo o a hacer las compras o subir las escaleras en lugar de usar ascensor. ¡Cada pequeño movimiento cuenta!
- Buscá compañía: hacer ejercicio con un amigo, familiar o compañero puede hacerlo más divertido y ayudarte a mantener la motivación.
- No te rindas ante los obstáculos: va a haber días en los que no tengas ganas, pero intentá no abandonar por completo. Incluso una caminata suave es mejor que nada.
Si tenés alguna condición de salud preexistente, es importante hablar con tu médico antes de empezar una rutina de ejercicios para que te dé las indicaciones adecuadas.
Empezá hoy mismo a incorporar pequeños cambios y vas a ver cómo te sentís con más energía, más vitalidad y, en general, ¡mucho mejor!