En Argentina, un niño, niña o adolescente de 10 a 19 años se suicida cada día. Conocer las señales tempranas puede ayudar a prevenir.
Para poder realizar un abordaje de la complejidad de las conductas suicidas es importante poder identificar los factores de riesgo. Aunque la relación entre el suicidio y los trastornos mentales está bien establecida, muchos suicidios también pueden producirse de forma impulsiva en momentos de crisis, como una pérdida económica o situaciones de violencia sostenidas. En muchos casos, algunos factores como las relaciones personales sólidas y las estrategias de afrontamiento y prácticas de bienestar positivas resultan una protección para evitar las conductas suicidas.
En el caso particular del suicidio en la infancia y la adolescencia, hay muchos mitos que hay que desterrar para poder abordar la problemática correctamente. Creencias como “El que dice que amenaza con quitarse la vida no lo hace”, “el suicida está atravesando una depresión”, “hablar de suicidio incrementa el riesgo”, “los niños no se suicidan” o “la tendencia al suicidio es hereditaria” no tienen fundamento en la realidad y solo generan confusión a la hora de trabajar en la prevención del suicidio.
Por este motivo, la Sociedad Argentina de Pediatría lanzó la campaña “Si sentís que algo pasa, no lo dejes pasar.” Esta campaña busca visibilizar y concientizar acerca de las distintas formas de violencia: entre pares, en el ámbito familiar, y el abuso sexual, que constituyen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de intentos o actos suicidas. Y es por esto que es función de toda la sociedad estar atentos para poder prevenir esta creciente problemática.