El cáncer de cabeza y cuello puede ser detectado a tiempo con acciones sencillas.
El 27 de junio se conmemora el día del Cáncer de Cabeza y Cuello, una fecha dedicada a concientizar sobre este conjunto de enfermedades que afectan a una de las áreas más vitales y visibles del cuerpo humano. Estos cánceres, que incluyen los de boca, garganta, laringe, faringe, senos paranasales, y glándulas salivales, a menudo son subestimados o diagnosticados en etapas avanzadas. Por este motivo, la ecografía de tiroides es una herramienta diagnóstica de gran importancia, no solo por su papel en la detección de patologías tiroideas, sino también por su conexión indirecta con la vigilancia de la región del cuello.
Por empezar, el cáncer de cabeza y cuello se origina comúnmente en las células escamosas que recubren las superficies húmedas y mucosas de estas áreas. Los principales factores de riesgo incluyen el consumo de tabaco y alcohol, la infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH), y en menor medida, la exposición a ciertos irritantes ambientales. Los síntomas pueden ser variados y a menudo inespecíficos, lo que dificulta un diagnóstico temprano. Entre ellos se encuentran el dolor de garganta persistente, dificultad para tragar, cambios en la voz, la aparición de un bulto en el cuello, úlceras en la boca que no cicatrizan, y sangrado nasal inexplicable.
Por este motivo, la ecografía de tiroides juega un papel fundamental. Aunque la glándula tiroides no es directamente un sitio primario común para los cánceres de cabeza y cuello mencionados anteriormente, su ubicación estratégica en la parte frontal del cuello la convierte en un punto de referencia clave para la evaluación de la región cervical. La ecografía tiroidea es un procedimiento de imagen no invasivo sumamente útil para detectar nódulos tiroideos, quistes, o cualquier otra anomalía en la glándula.
La importancia de la ecografía de tiroides se extiende más allá de la detección de cáncer de tiroides. En muchas ocasiones, un nódulo tiroideo puede ser el primer signo de una enfermedad tiroidea subyacente que requiere atención. Además, en el contexto de una evaluación por un bulto en el cuello, la ecografía puede diferenciar si la masa es de origen tiroideo o si proviene de otras estructuras cercanas, como ganglios linfáticos agrandados. Los ganglios linfáticos del cuello son un sitio común de metástasis para los cánceres de cabeza y cuello, por lo que una ecografía cervical completa, que a menudo incluye la evaluación de la tiroides, puede ser vital para identificar la extensión de la enfermedad. Una evaluación exhaustiva del cuello puede proporcionar pistas valiosas y guiar la realización de estudios adicionales, contribuyendo así a un diagnóstico oportuno y a una mejor gestión de estas complejas patologías. Por este motivo, conversá con tu médico sobre la importancia de realizarte una ecografía de tiroides