Recientemente hemos presentado una charla sobre lactancia materna, un evento que promueve la conexión, el bienestar y la salud para madres y bebés.
La lactancia es un proceso natural y fundamental que brinda múltiples beneficios tanto para la madre como para el bebé. Es un acto de amor que fortalece el vínculo afectivo y contribuye al desarrollo integral del recién nacido. Sin embargo, en esta etapa pueden surgir dudas y dificultades que con información y apoyo se pueden resolver.
Recientemente, en el Sanatorio Modelo de Caseros realizamos una charla informativa sobre lactancia materna, a cargo de la puericultora Agustina Teruet. Durante la exposición, se exploraron los beneficios de la lactancia materna para la mamá y el bebé, desmintiendo mitos comunes y ofreciendo consejos prácticos para un inicio exitoso.
Para la mamá, la lactancia favorece el vínculo afectivo y reduce el riesgo de depresión postparto. También ayuda en la recuperación del peso y disminuye el riesgo de cáncer de mama y ovario. En el bebé, la leche materna favorece la maduración del sistema digestivo, disminuye el riesgo de diversas enfermedades y mejora el desarrollo bucal y facial. Además, contribuye a su desarrollo físico, intelectual y psicosocial.
Un punto clave de la charla fue desmitificar creencias como la necesidad de preparar el pezón, que la lactancia debe doler, o que la leche se vuelve «agua» después de un tiempo. La puericultora también abordó el proceso de lactogénesis, que es la producción de leche en las glándulas mamarias. Este proceso se divide en tres etapas: la producción de calostro durante el embarazo y el postparto inmediato, la “bajada de leche” y la producción de leche madura.
La puericultora enfatizó en cómo actuar durante la «bajada de leche», recomendando el uso de paños fríos para bajar la inflamación, la extracción manual para facilitar el acople del bebé y amamantar con más frecuencia para drenar la leche acumulada. Además, desaconsejó el uso de cremas y sacaleches en esta fase para evitar lastimaduras y la proliferación de bacterias.
En la charla también cubrió las señales de hambre del bebé, que se clasifican en tempranas (cuando se mueve, abre la boca o mueve la cabeza), intermedias (se estira, se mueve más o se lleva la mano a la boca) y tardías (llora, se agita o se pone rojo). Para las dificultades comunes, como la ingurgitación, el taponamiento o las grietas, se ofrecieron tratamientos específicos y sencillos, como la extracción manual y la colocación adecuada del bebé.
Además, la Lic. Lembo Victoria dio una charla sobre la lactancia materna y la prematurez. Allí señaló que la leche humana es la primera alternativa de aporte para el recién nacido pretérmino (RNPT). Esto se debe a que la lactancia no solo proporciona alimento, sino que también ayuda al desarrollo del sistema inmunitario, previene infecciones y disminuye la mortalidad infantil. Mencionó que el reflejo de succión nutritiva, crucial para la alimentación, comienza a formarse alrededor de las semanas 32-34 de gestación. Por ello, se valora la edad gestacional y el desarrollo del bebé para decidir si puede alimentarse por succión.
En resumen, las charlas destacaron que la lactancia es un proceso que se ajusta a la demanda del bebé, sin horarios fijos, y que lo más importante es que la mamá se sienta cómoda y acompañada en este hermoso camino. La lactancia es un acto revolucionario de soberanía alimentaria y reconexión con el patrón primario.