Traumatología y prevención de lesiones

Detectar a tiempo una lesión deportiva en la infancia ayuda a prevenir secuelas y garantiza un regreso saludable a la actividad física.

El deporte es una de las actividades más beneficiosas para la salud física y emocional de niños y adolescentes. Fomenta la socialización, el trabajo en equipo y la disciplina, además de contribuir al desarrollo muscular y óseo. Sin embargo, la práctica deportiva en edades tempranas también puede dar lugar a lesiones que requieren atención especializada dentro de la traumatología infantil.

Las lesiones más frecuentes en niños y adolescentes suelen estar relacionadas con esguinces, fracturas, luxaciones y lesiones por sobreuso. En los deportes de contacto, como el fútbol, el básquet o el hockey, son comunes los golpes y torceduras. En cambio, en disciplinas de impacto repetitivo, como la gimnasia o el atletismo, suelen presentarse microfracturas o inflamaciones en tendones y articulaciones.

Una de las características más importantes de la traumatología infantil es que los huesos y tejidos de los niños aún están en desarrollo. Esto significa que las lesiones no solo deben resolverse en el corto plazo, sino también ser tratadas de manera que no interfieran en el crecimiento futuro. Un diagnóstico rápido y certero permite evitar complicaciones y asegurar una recuperación adecuada.

El tratamiento dependerá del tipo y la gravedad de la lesión. En muchos casos, el reposo y la fisioterapia resultan suficientes para la recuperación. Cuando se trata de fracturas, puede ser necesario el uso de yesos o inmovilizadores, y en casos más complejos, la cirugía. El seguimiento médico es fundamental para controlar la evolución y determinar el momento seguro de volver al deporte.

La prevención juega un rol clave. Es recomendable que los niños y adolescentes realicen controles médicos periódicos antes de iniciar la práctica deportiva, para asegurarse de que no existan condiciones previas que aumenten el riesgo de lesión. Además, un buen entrenamiento físico, la adecuada entrada en calor y la corrección de la técnica en cada disciplina ayudan a disminuir la probabilidad de accidentes.

El acompañamiento de los padres, entrenadores y profesionales de la salud es esencial. Ante cualquier dolor persistente, inflamación o limitación en el movimiento, lo más indicado es suspender la actividad y consultar con un especialista. En el Sanatorio Modelo de Caseros disponemos de un equipo de Traumatología Pediátrica con profesionales capacitados para atender a todas las problemáticas, desde la consulta preventiva hasta la cirugía en caso de necesitarla.

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