¿Ya te hiciste tu mamografía?

La mamografía es una herramienta diagnóstica esencial en la medicina moderna.

La mamografía es una herramienta de diagnóstico por imágenes específicamente diseñada para la detección temprana del cáncer de mama. Pero, ¿qué es exactamente una mamografía y por qué su importancia es tan reiterada en las campañas de salud?

En esencia, una mamografía es una radiografía de la mama que utiliza dosis bajas de rayos X para crear imágenes detalladas del tejido mamario. Estas imágenes, conocidas como mamogramas, permiten a los profesionales de la salud identificar anomalías que podrían no ser detectables mediante el tacto, como pequeños nódulos, microcalcificaciones o distorsiones. El procedimiento es relativamente rápido y consiste en colocar la mama entre dos placas que aplican una ligera compresión para aplanar el tejido. Esto ayuda a obtener una imagen más clara con menor dosis de radiación y a evitar la superposición de tejidos que podría ocultar posibles lesiones.

La mamografía surge como un elemento de detección precoz del cáncer de mama. Esta enfermedad, cuando se diagnostica en sus etapas iniciales, tiene tasas de curación significativamente más altas. La mamografía puede identificar tumores mucho antes de que sean palpables, lo que permite iniciar el tratamiento en un momento en que es más efectivo y menos invasivo. Para muchas mujeres, un diagnóstico temprano puede significar la diferencia entre un tratamiento localizado y una terapia más agresiva que podría incluir cirugía mayor, quimioterapia o radioterapia extensiva.

La importancia de realizarse mamografías regularmente radica precisamente en esta capacidad de detección temprana. Las guías de salud, tanto nacionales como internacionales, recomiendan un cronograma específico para estas revisiones. Generalmente, se sugiere que las mujeres sin factores de riesgo adicionales comiencen con mamografías de detección a partir de los 40 años, con una frecuencia anual o bianual, dependiendo de las recomendaciones de su médico. Para aquellas personas con antecedentes familiares de cáncer de mama o con otros factores de riesgo, el inicio de las mamografías podría ser incluso antes y con mayor frecuencia. Estas revisiones periódicas permiten comparar mamogramas anteriores con los actuales, lo que facilita la identificación de cambios sutiles en el tejido mamario a lo largo del tiempo.

El médico de cabecera, ginecólogo o mastólogo, pueden indicar la mamografía basados en la edad de la paciente, sus antecedentes personales y familiares, y cualquier síntoma o preocupación que la paciente pueda presentar. Es fundamental consultar con un profesional de la salud para determinar el momento y la frecuencia adecuados para las mamografías, asegurando así una vigilancia personalizada y efectiva en la lucha contra el cáncer de mama.

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